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¡sigue la cuerda! .....

TOKONOMA

TOKONOMA

 

Tokonoma, es el nombre que recibe una pequeña alcoba en una casa tradicional japonesa en la que se expone desde tiempos inmemoriales una serie de elementos relacionados con sus creencias, rituales o ceremonias religiosas. Esta estética y forma de exponer objetos, no solo relacionados con la creencias o rituales, sino también con el arte, se extendió a la exposición del bonsái. Con ello, se expresa los sentimientos del artista y da recibimiento, de forma tan particular, al visitante de la casa y en muchas ocasiones varía de composición cada día, cambiando sus componentes.

Esta mañana cuando he salido al jardín de casa he recordado ¡hoy hago yo el Tokonoma! No me había acordado en toda la semana. Muchas veces he pensado proponer a Carlos hacerlo, pero por no interrumpir su estructura de clase, a pesar de que nos lo ha ofrecido en otras ocasiones y por dejar a los que ahora les toca por el curso, no me he atrevido, así que aprovecho la oportunidad para agradecer su propuesta a los veteranos.

Y efectivamente, no sin pudor he decido exponer de esta forma, para contar una pequeña historia personal, muy personal, y pido disculpas por ello. Es una historia en homenaje a un lugar muy especial para mi y a la vez homenaje a mis padres, que me está rondando especialmente estos días y quizá, hacerlo y contarlo me ayude.

La historia comienza hace 62 años, cuando mi padre por razones de trabajo, decide comprar una parcela en un pueblo de Guadalajara para construir una casa como segunda residencia donde poder dejar a su familia (mujer y 9 hijos) durante época estival y resto de vacaciones, en vez de en el piso habitual y a la vez, estar cerca de su puesto de trabajo. En verano, él iba y venía desde allí al trabajo en vez de quedarse solo en el piso.

Hace 58 años estrenamos la vivienda y hemos pasado desde entonces, nuestros veranos, pero también Navidades, puentes, fiestas, Semana Santa, fines de semana etc etc y el pueblo se convirtió sin serlo entonces, en nuestro pueblo. Allí nos hemos criado, y hemos pasado mil historias, hemos hecho amigos, hemos pasado celebraciones, fiestas, también sinsabores y tristezas como no podía ser de otra forma. Se convirtió con el tiempo en nuestro sitio de referencia, nuestro lugar más querido.

Recuerdo con siete u ocho años la salida del colegio de los viernes por la tarde, en invierno, mi madre nos recogía en el seiscientos y sin pasar por casa, una mano la cartera de los libros y en la otra el balón de fútbol, rumbo a Sigüenza. Desde entonces nos sentimos todos seguntinos, algunos incluso se casaron con gente de su pandilla seguntina, amigos que conservamos lo han contemplado.

Mi padre murió hace 14 años y mi madre hace 9 y mantuvieron este lugar como patrimonio y unión familiar. Sitio de reunión, aunque ya cada uno tuviéramos nuestras propias familias.

Por razones que no vienen al caso y  con la falta de mis padres, entre los 9 se decidió vender hace unos años y en enero pasado lo hemos hecho. Este sábado voy a despedirme del sitio, de mi casa. Hemos conseguido el objetivo pero perdemos nuestra referencia. Es un sentimiento agridulce.

La casa tiene una buena colección de árboles, cedros, arizónicas, nogales, pinos, ciruelos, tuvo álamos y tilos y hasta un sauce llorón (estos últimos ya no están) y jardinería como diferentes variedades de rosales, aligustres, o durillos longevos de gran valor. Todos con más de 50 años, grandes árboles, pero el más especial y símbolo de la casa es un viejo Prunus cessarifera pisardii, a unos metros de la entrada a la vivienda. Nos ha recibido siempre de mil formas, desnudo, con nieve, en flor, con su hoja púrpura, con fruto, y deshojándose nuevamente para el nuevo invierno. Nos representa, nos acompañaba y a la vez es parte de nosotros, es uno más. Ahora, pensando en nuestra marcha definitiva, me cuesta mucho, ¡Me cuesta un mundo separarme de él!

La piedra representa la tierra, el paisaje de allí, roca caliza, recogida en la misma comarca y las piñas representan el arboreto que creó mi padre y hemos conservado hasta hoy.

Cerramos el círculo con el kakemono con un mensaje de longevidad que representa el cielo donde quiero pensar que ellos velan por nosotros, y seguro que comprenden nuestras razones. Kakemono, piedra y bonsai que representan y unen por el mismo orden como reza la filosofía oriental Cielo, tierra y hombre. Espero que os haya gustado y ruego disculpas a todos por historia tan particular y privada.

En la interpretación pública, aprovecho aquí para agradecer también a los asistentes sus comentarios, los de Carlos siempre acertados y didácticos y los de mis compañeros. Me dejé en el tintero responder al comentario de Carmen sobre los colores de la maceta y la mesa y aprovecho ahora: ya cuando trasplanté este pruno elegí ese color a propósito, pensando en el color del jardín de mi padre y el pruno es el único del jardín situado en un gran alcorque en una terraza, los demás están libres sobre el terreno, el color claro de la mesa elegido para exponerlo, representa esta terraza.

Me quedo también con otra interpretación de un compañero muy curiosa, el mensaje del kakemono que he elegido, está compuesto casualmente por 11 letras representándonos a cada uno de nosotros y la letra de mayor tamaño, añado yo, por encima como la copa, sería inevitablemente nuestro amigo pisardii.

Luna llena, invisibles son los hilos que manejas.

Luna llena, invisibles son los hilos que manejas.

La muerte ha entrado en la habitación con plácidas patas de gato

 

’La muerte ha entrado en la habitación con plácidas patas de gato’ (Gustav Mahler) frase que rememora Stephen Stills, con la que interpreto tuvo una tranquila despedida de esta vida, contraste con su fuerte carácter al parecer y diferencias con diferentes autores y compañeros a lo largo de su tumultuosa vida. Me acabo de enterar que David Croby ha muerto este miércoles. Independientemente de todo esto, a mi me queda que fue y es una de mis mayores referencias musicales y tuve la suerte de verle en directo en Madrid a dúo con Graham Nash a guitarra y dos voces, de esos conciertos que no se olvidan, acústico, vocal,  descalzo, soberbio...recuerdo que fue en el Teatro del Palacio de Congresos de IFEMA con todo el público sentado en sus butacas, como es natural en un teatro, cuando jalearon al final desde la platea para los bises, los músicos accedieron con la condición de que nos acercáramos al escenario y abandonando las butacas que entre pasillos y espacios de las primeras filas, nos colocamos para corear cercanos con ellos "Teach your Children" de CSN. Descanse en paz.

La luz de Guadalajara II

La luz de Guadalajara II

javiermontalvo 2022 i-phone

 

Poniente - Pico Ocejón desde Algora (Guadalajara).

Compañía de Danza Nieves Jimenez

Compañía de Danza Nieves Jimenez

javiermontalvo 2022 i-phone

El mundo de las tablas no se entendería en España, sin la danza clásica y sin el flamenco, detrás podemos encontrar otros géneros tan ricos de nuestra cultura y variados para todos los gustos evolucionados o conservados hasta hoy, desde la zarzuela, danzas y cantos regionales, rondallas, coros, copla, pop, rock, etc. etc en esencia, el escenario más básico, una percusión y un cuerpo en movimiento mientras alguien en segundo plano relata una historia a los concurrentes.

Diez bailarinas, diez artistas que absorbieron la atención de la Plaza Mayor con figuras en movimiento, cruzando y descruzando las faldas, los cuerpos, los abanicos al son de sus castañuelas y taconeos acompañando sus giros, ademanes y movimientos sincronizados al compás de una guitarra, una banda o un cajón.

Asistimos en Sigüenza a una puesta en escena tan elegante como trabajada en arte y esfuerzo mostrada por la Compañía de Danza Nieves Jiménez. Me permito recomendarlo si tienen oportunidad de encontrarse en cualquier teatro con este cartel.

Verbena de Pepinillos

Verbena de Pepinillos

javiermontalvo 2022 i-phone

Verbena de Pepinillos, genial como siempre, envidia de las fiestas patronales, si echamos la vista atrás, desde Azimut en la Plaza de Doncel en su día, pasando por Muérdago y demás bandas, hasta hoy en día, disfrutada personalmente como antaño me pierdo, la verdad es que admiro hoy a Miguelillo cada vez que se sube a un escenario, como hice con otros, grandes músicos y puesta en escena, acompañados por una Peña entretenida y divertida. Campo de juego en perfectas condiciones.

Sin desmejorar el concierto, no lo quiero, me centro en una sola canción, 50 años de PEPINILLOS, la ocasión es inmejorable, Homenaje a Nacho y Quino, guiño de la banda que se agradece desde el auditorio de corazón en una sola canción y con espontaneidad, además, aseguro alguna lágrima entrevista, espíritu Pepinillo que heredamos de los anteriores, somos herederos del 72, se dice pronto, ya lo éramos en el 84, cuando me hice por primera vez, pero pasó el tiempo, década tras década, muchas generaciones han pasado, muchas de verdad, incluso gente que se encuentra hoy en otras peñas, pasan por el concierto porque les queda un estado afectivo de su propio origen y sentimiento, se sienten propios e inquebrantables, aunque no estén dentro hoy, como no podía ser de otra manera. Vemos a varios de los fundadores y primeras generaciones disfrutando de la música y de la Peña que un día fue suya porque Pepinillos somos gente inquebrantable.

Ser Pepinillo no tiene que ver con el tiempo pasado, no tiene que ver con hacerte o no de la Peña cada año, sino con el sentimiento de haberlo sido y con las ganas de pasarlo bien en compañía de quién…, de otro Pepinillo, es la respuesta, sin más, hoy no sé si algunos saben entenderlo, no es patrimonio de nadie. Nunca lo fue. Un PEPINILLO que fue, lo es para siempre.

Varias estrellas quedan en el cielo que lo supieron y están entre nosotros.
Sigüenza a 13/08/2022

La luz de Guadalajara

La luz de Guadalajara

javiermontalvo 2022 i-phone

Hacía tiempo que no venía, el campo de aquí cambia de color con cada hora y en cada estación, sol tenue de agosto aunque luminoso al amanecer que te permite pasear en soledad sin resistencia, gastando solamente el tiempo. Creciendo el levante con fuerza se añaden al día los rayos del sol y su energía, hasta encontrar el clímax de intensidad, la luz es la protagonista con el sol en la bóveda e impetuoso calor en el suelo, vehemente e impertinente que te exige la parada.

Con el descenso, todo cambia, lento con la tarde y precipitándose al ocaso, habrá variaciones según el cielo, de raso a totalmente cubierto, pasando por todas las pinceladas de nubes claras o espesas que dan a las tardes una paleta variada de color, de azules a rosas, rojos y violetas, no hay repetición variando todos los días, si eres paciente, encontrarás el cuadro que sueñas con el atardecer que esperas alcanzando también el momento culminante, ahora eres tú el protagonista.

M-Clan

M-Clan

javiermontalvo 2022 i-phone

M-Clan en SIGÜENZA, nunca les había visto en directo y tenía muchas ganas de ello, bueno, teníamos en general. Empezó con hora y media de retraso porque amenazaba lluvia, esa que cae siempre aquí tras una decena de días de calor por la tarde, pero se quedó en eso, en amenaza. Tras diez o doce canciones, nuevamente gotas que parecen confeti de colores con los focos del escenario, que pueden contarse y numerarse de lo espaciado, se detiene el show y a casa… lo interpretado, sencillamente genial al menos, sonido espectacular, no hay un pero. Otra vez será.

El evento organizado para recaudar fondos para la Fundación Nipace, sin ánimo de lucro que desarrolla un método de fisioterapia integral para niños y jóvenes con parálisis cerebral, tiempo y donativo bien gastado.

Mari / Chema

Mari / Chema

javiermontalvo 2022 i-phone


¿Quienes son estos dos? A priori, preguntarías… eso da igual, siéntate y escucha. Posiblemente ya les has escuchado por algún rincón. Al final…

Mari, voz potente y elegante que maneja su tesitura con dominio, contralto podríamos decir, pero muy especial, escuchándola en registros bajos que controla sin pudor competiría con hombres de esta cuerda sin ningún problema, mejor dicho se integraría, corrijo, ya que el verbo no está bien elegido en el cante, ni en el arte. Me distraigo siempre con las voces y su forma, su proyección, su modulación, y ésta, me atrajo ayer.

Échale esa liebre al galgo, camisa negra y guitarra española abrazada y sobre sus piernas, cual Tomatito con Camarón, acompaña la melodía y los acordes que desgrana sobre las cuerdas. Le he visto tocar tantos años tan diferentes músicas y estilos, que no deja de sorprender uno más y seguro, que seguirá haciéndolo, porque tuvo técnica y disciplina y hoy, sobretodo, arte y ganas de compartirlo.

Escenario original, al atardecer nuestra querida Pelegrina con ese halo místico y medieval que envuelve a la muestra y el espectáculo.

Gente con ganas de pasarlo bien en el auditorio. Al final, como decía al principio…podrás responder si has disfrutado o no, que esto es libre y personal.

Concierto viejuno y romántico, con sabor hispano cubano y ranchero mejicano. Para un rockero, ya algo viejuno también como el que escribe, que acostumbró a escuchar esta música y navega hoy por géneros no tan frecuentes antes en sus costumbres, gesto propio precisamente de los aficionados veteranos, se agradecen estos guiños fuera de lo habitual tan delicados y noveleros.
¡¡Conciertazo, doy fe!!

(Utilizo tres fotos que sólo una es propia, las otras dos, que tomo prestada de envíos a mi móvil de algunos amigos, espero me perdonan los autores).

Absolutistas o Liberales

 

Leo hoy este pasaje, de hace 150 años...

 

- El pueblo necesita ser ilustrado para poder practicar la libertad.

- Y necesita practicar la libertad para ilustrarse. 

D.Benito Pérez Galdós - La segunda casaca. (1.875).

Día de los Santos Inocentes

Significaba buscar en el periódico o en el telediario la noticia tonta, la inocentada. También te dedicabas a tirar algún petardo, a bromear a alguien por teléfono o soplar polvos pica-pica que te hacían estornudar. Recuerdo que en mi casa había un vaso de cristal tallado, una pieza cuidada con detalle que entre los adornos de la talla, dejaba escapar el agua a través de unos agujeritos que te mojaba mientras bebías.

Sería el año 78 o 79 cuando en un gesto gracioso de complicidad y secretismo, decidimos los dos más pequeños de la casa, hacer la petaca a todo el mundo, a toda la familia. Éramos por aquel entonces ocho hermanos en casa y estaba decidido, no se libraría ninguno, creo recordar que, aunque tentados estuvimos, no nos atrevimos con la cama de nuestros padres, que hubiera sido la jugada completa, digo creo porque dudando quiero adivinar también el suceso en su habitación pero no lo recuerdo bien (cuando Mar lea estas líneas ya me aclarará sus propios recuerdos).

Para los más jóvenes, ahora que se duerme con funda nórdica, la petaca consistía en doblar la sábana encimera por la mitad transversalmente, para arremeterla por el cabecero de la cama, encima de la bajera y por debajo de la almohada, en vez de por los pies, quedaba perfecta y no se podía sospechar nada inesperado, de tal forma que cuando abrías la cama era imposible meter las piernas, la primera vez que me la hicieron, posiblemente un par de años antes del día de autos, no llegaba a entender qué había ocurrido y acabé deshaciendo la cama entera. La verdad es que cuando estabas ya dispuesto a acostarte era un verdadero fastidio, infantil, pero fastidio. 

Desde la mañana, una vez planificado el artificio y vigilando para que no nos descubrieran, Mar y yo fuimos deshaciendo y haciendo con tapujo todas las camas de la casa, era una jugada divertida entre la estrategia de clandestinidad y la artimaña para no ser descubiertos con las manos en la masa, si alguien se acercaba por el pasillo.

Dormíamos en tres habitaciones contiguas pared con pared, yo en la de en medio compartiendo habitación con Luis, a mi derecha tras la pared, las cuatro chicas de la casa juntas en lo que fuera antiguamente la habitación de la abuela y a mi izquierda tras el tabique, otros dos en una litera, Juan y Miguel.

Ese día, una vez perpetrada la inocentada, esperamos los dos con impaciencia la hora de acostarse. Evidentemente mi complicidad se había roto traicionando a mi compañera de aventura y esperaba con mayor impaciencia aún, su grito de sorpresa cuando ella descubriera su cama para dormir y no pudiera acostarse por la maldita petaca.

Después de escuchar juramentos varios a deshora a ambos lados de las paredes de mi cuarto, las risas de Mar al verse traicionada e intentar acostarse sin éxito, satisfecho y divertido de mi triunfo, me dispuse a acostarme esperando los comentarios del desayuno siguiente, cuando descubro con sorpresa, ¡sorpresa de verdad! que no podía meter las piernas en mi cama, ¡alguna me la había jugado! Y escuchando su risa y mi propia carcajada al unísono con un tabique nuevamente de complicidad por medio, nos acostamos con la idea de que ambos habíamos quedado libres de toda sospecha. Efectivamente, como habíamos planificado ¡no se libraría ninguno!

FELIZ NAVIDAD!!!

FELIZ NAVIDAD!!!

javiermontalvo 2021 i-phone

Serían la seis de la tarde, ya de noche y frío de recién estrenado invierno y volvía caminando del colegio con la cartera de cuero a la espalda y casi seguro, con un balón también de cuero desgastado bajo el brazo escuchando los gritos de otros chavales correteando alegres por las nuevas vacaciones, metiendo una peseta de castañas asadas envueltas en papel de periódico en el bolsillo del abrigo y animado por las nuevas luces de Navidad sobre el bulevar.

Era tiempo de tregua, empezaba la Navidad y nos preparábamos para tan importante celebración. Recuerdo que el pistoletazo de salida, como de una carrera se tratara, lo daban los cánticos de los Niños de San Ildefonso, a veces ya de vacaciones desde el día anterior y otras justo el mismo día. Significaba la ilusión de todos por un pellizco de unos durillos de propina que nunca llegó, aunque lo importante en verdad era la ilusión de un niño por empezar la Navidad.

A la mañana siguiente, sacábamos del trastero en el garaje del bloque los adornos del árbol y las figuritas del Belén, aún recuerdo el olor a cerrado y húmedo al abrir la puerta, casi solo bajábamos ese día y lo identificabas con ese momento.

Montamos el Belén entre todos, organizado por los mayores, a veces sobre un viejo somier con algunos añadidos laterales que formaban un inmenso paisaje, lleno de musgo en los prados que habíamos cogido por la mañana en el campo con José María (un entregado y devoto a la familia, conductor de la oficina de mi padre, pero esta es otra historia), corcho de alcornoque para las montañas y papel de plata para simular el río. Al fondo, un decorado azul brillante y marino que adornaba un firmamento de estrellas con la estrella principal de los Reyes tan esperados.

Llegaban algunos regalos y felicitaciones que subía el portero a casa, o la entrada del árbol, el clásico abeto (una picea natural) que adornábamos en el recibidor de casa con espumillón y bolas de cristal que siempre cascaba una y había que barrer, y en el ápice, la estrella.   

La Noche Buena y el día de Navidad eran especiales y muy importantes para mi madre, posiblemente, a pesar de los nervios del momento, los días más felices del año para ella, o eso me parecía y trasladaba su ilusión religiosamente a todos, no éramos pocos, y con los años cada vez más pasando a ostentar su título de abuela, aunque siguiera siendo la madre. Creo que todos somos herederos y lo hemos intentado transmitir cada uno a los nuestros, no sé si lo hemos conseguido, pero hemos puesto la misma ilusión. No me olvido de la Misa del Gallo con toda la familia, que con los años la cambiamos por el día veinticinco, pero siendo niño, bajábamos después de cenar a la calle a escucharla. Después alegría, villancicos, panderetas, tertulia, juegos o improvisábamos un teatro los pequeños, que de todo hubo.

Trascurrían los días, pasando por el día de Los Santos Inocentes, con las bromas tradicionales, pero ya me detendré este año en esta fecha, para llegar a la gran Noche Vieja, otro hito de ilusión que significaba pasar la página de un viejo cuaderno para estrenar uno reluciente y nuevo. También recuerdo tras las campanadas y las uvas, los deseos de esperanza que te trasladaba ella al oído al felicitarte con un beso el nuevo año. Era un periodo de estimular la autoestima desde fuera, desde otros, desde los más cercanos, en ese momento no había preocupaciones, no había problemas, solo anhelos.

Día primero del año, Concierto de Navidad a todo volumen que ponía mi padre y los saltos de esquí por televisión. Año Nuevo era ese nuevo cuaderno, todos sentados a la mesa para compartir y brindar por el nuevo año. Un día ilusionante y buenos deseos para todos que cada uno conservaba en su interior.

Nos dirigimos al día de los Reyes Magos ilusionados, que me encantaba como a todos al levantarte nervioso y muy pronto para ver el regalo de los magos, casi siempre un nuevo balón de cuero que duraba todo el año y otro detalle que lo acompañaba, alrededor el resto de regalos para todos; un año, tuve tanta suerte que me levanté tan pronto y pillé a los Reyes Magos en casa y uno de ellos, me llevó a acostarme nuevamente.

El día de Reyes conllevaba viaje a Madrid por la tarde, visita fugaz a la abuela por parte Guitart para felicitarle el año y tarde mayor con los primos en casa de la tía Aurora y de la otra abuela por parte Montalvo junto con el resto de hermanos de mi padre que se juntaban ese día. A la abuela la recuerdo siempre pequeñita sentada en su silla de ruedas y aquellos ojos azules, donde te caía un posible regalo o no,  aunque no era lo más importante, lo demás muchas risas, abrazos, bromas, roscón y fanta, chocolate, no faltaba el fiambre con huevo hilado "hilarante" y cava de perelada para los mayores, para volver de nuevo por la noche casi dormido en el coche a casa. A pesar de toda esta emoción contenida, realmente nunca quería que llegara ese día porque significaba el final de aquella tregua.

No sé que es lo que queda de todo esto, no sé si ya tiré aquella cartera de cuero y el balón o que realmente se han ido perdiendo con el tiempo, o que esta maldita pandemia nos lo está quitando todo, hasta la propia esencia navideña o a lo mejor no es la pandemia…. pero esto será debate de otro día.

Hoy como antaño, tampoco nos ha caído ese pellizco con los Niños de San Ildefonso, aprendiz de ella, dejo no sin esfuerzo los problemas y las preocupaciones que no son pocas, para animarme a desearos:

 

FELIZ NAVIDAD y BUENOS ANHELOS PARA EL NUEVO AÑO.

¡¡Empieza la tregua!!.

La salida (III)

Sentado a la mesa de hierro y mármol amarillento y labrado por el paso del tiempo, con altos techos adornados y suelo de cerámica arlequinado, miraba pasar el tiempo por los grandes ventanales a la plaza, mientras sorbía la cerveza que le dejaba un hilo de espuma en el labio superior y el bigote.

Al cabo del tiempo descubre que lleva ya unos minutos en la misma posición, mirando con los ojos entornados a través del cristal un poco empañado y empapado por la lluvia, el pasar al resguardo de paraguas de la gente sin nombre ni historia.

Despierta de su letargo y buscando unas monedas pide la cuenta, a la vez que se cala el sombrero y mirando levemente el reloj sale corriendo por la puerta de madera, sin reparar en la fina lluvia, pero subiéndose instintivamente el cuello de la americana. Cruza la plaza con cierta prisa y pide alzando la mano, un taxi.

 

El Rey pequeño.

El Rey pequeño.

javiermontalvo -  i-phone

Escribí en redes esta nota sobre esta gran novela de Antonio Pérez Henares. Ayer lo recordé al prestarle el libro a una gran amiga, dándome cuenta que deberia estar aquí y no en las redes,  entre mis notas de El rincón del sillón. Sirva también de recuerdo a Guillermo que nos dejó este año.


Termino aquí, en Ayamonte, precisamente tierra perteneciente al imperio almohade en la segunda mitad del siglo XII, esta fantástica y familiar novela histórica de D. Antonio Perez Henares. Aventuras y desventuras de Alfonso VIII de Castilla, contada con atrayente escritura.

Fantástica por los hechos relatados con rigor y gusto, reunidos con un hilo conductor que nos hace recorrer nuestra geografía en tan importantes hechos como las defensas de Toledo o las conquistas de Cuenca, o las batallas, la derrota castellana de Alarcos o la triunfante de Las Navas, o conquistas y disputas protagonizadas por los reyes castellanos, portugueses, leoneses, navarros, aragoneses y los almorávides y califas almohades, que de todo hubo.

Familiar, porque gran parte de su relato se desarrolla en mi querida Guadalajara, encontrando relatos y descripciones de la propia capital alcarreña, Atienza de donde es rescatado el rey cuando es niño en favor de los castellanos, Sigüenza, de la que se cuentan sus orígenes fomentados por Alfonso VII el Emperador, abuelo del Rey Pequeño e incluso de la construcción de la catedral, así como de otros alrededores que me unen a mi infancia colegial en la ciudad Del Río de las Piedras o a la actual histórica ciudad episcopal y catedralicia, de donde me considero originario al menos a partes iguales con Madrid.

Recomiendo su lectura a todo aquel que le aficione la historia, guste de la buena y ágil prosa y sobretodo, a algunos de mis cercanos, que han convivido y aún lo hacen conmigo en Sigüenza.

El Rey pequeño, lo puso en mis manos Guillermo, mi suegro, como dirían en la propia novela, el de Algora, y tengo que reconocer no menos, que acertó al hacerlo.

(28 de agosto del 2018).

Hasta la Pandemia

Pocas situaciones te colocan en la vida con tanta imprecisión y falta de previsión como la situación actual, sin poder determinar cuándo y cómo vas a gestionar tu vida profesional y particular.

Las "reglas están para cumplirse" me dijeron ayer; y no, no lo están, añado. Solo si respetaron las normas superiores y no fueron totalitarias, ilegales o parciales.

La causa, la gestión externa de los gobernantes. La excusa, la Salud Pública.

...y llevamos más de un año.

#HastaLaPandemia

 

 

Desaparecidos (II)

(II)


Un mes después, no había vuelto por allí, había hecho caso de sus sugerencias y no le había ido del todo mal. Hoy entra en la sala y solo encuentra un comunicado con el sello oficial, no hay nadie y la misiva tampoco deja nada claro. Solo unos horarios, por cierto, incumplidos, de nuevas comunicaciones. El personal de entrada no contesta nada nuevo, salvo lo que indica el papel.

La situación es grave y no parece, piensa, mientras sale despacio del edificio, que le importe mucho a los que hace tan solo un mes tenían el control absoluto. Parece que han soltado el testigo y ahora que les vuelve cargado como un bumerán no hay nadie para recogerlo, están desaparecidos. Nadie parece querer tomar las decisiones importantes.

Al salir sin nada nuevo en la cartera, espera la llamada del periódico. Preocupado y distraído en varias ideas, repasando lo sucedido algo confuso, se acuerda que lleva tiempo sin verla, sin saber de ella, tanto que le había ayudado y ahora desaparecida. 

Ramadán

Ramadán

javiermontalvo 2019 - canon 40 D

 

El agua, la vida y la luz,

descansa entre ausencia y la sombra

se seca la piel en penumbra,

más tarde,

se empapa y se alumbra

y a oscuras,

la piel y la carne renacen.

El ciclo del agua y la sombra.

El ciclo de la luz y la sed.

 

Justo hace un año me encontraba en Marrakech y en Ramadán. Me habían hablado algunos amigos que lo conocen de primera mano y de tiempo atrás, de lo que significaba y lo que podía encontrarme y llegar a ver. Tengo que reconocer que causó un golpe cultural en mi, ya que no solo era testigo en primera persona sino que estaba, aunque sin practicar, dentro de la escena. En tan mágica ciudad, escribí varias notas aquella semana; esta es una de ellas.  

Sin preguntas por favor. (I)

Sin preguntas por favor. (I)

javiermontalvo 2018 - canon 40 D

 

(I)

Escucha con atención su relato que en ocasiones tiene toda la fuerza de la lógica, pero en otros momentos se siente descorazonado hacia un precipicio de dudas. Cuando acaba y cree que tiene la oportunidad de hablar se encuentra aislado, esperaba resolver las importantes cuestiones, pero al parecer no hay turno de preguntas salvo para los elegidos, mira a sus colegas que admiten su papel de forma sumisa. Solo algunos han conseguido colocar su cuestión que es contestada con matemático guion. Es más, cree; no, está seguro que ayer escuchó la misma respuesta dejando en el aire un halo difuso sin respuesta real. ¡Qué perfección! - piensa.

Al salir a la calle casi desierta baja las escaleras pensando en lo sucedido distraído, alguien se acerca desde la puerta del edificio acristalado de enfrente y le dice, no vuelvas a entrar, todos tienen el chip instalado, han ocupado su canal, te pasará a ti también si insistes. ¿Quién eres? - le preguntó; aún libre - contestó ella; quedamos pocos, la información está fuera, no dentro - contesta mientras se aleja por el jardín lateral.

WABI SABI

WABI SABI

javiermontalvo 2018 - canon 40 D

 

¿Wabi sabi, sabríamos decir lo que significa? Yo no. Leyendo y escuchando a los que saben, diría que habría que aproximarse al Zen, escuela de origen chino, budismo Chán que pasó a varias otras escuelas, incluidas escuelas Zen japonesas. Zen significa meditación y a través de ella, la percepción de la naturaleza y la comprensión del significado de la vida. 

Esta compresión a través de la forma de vivir, enseñada por maestros zen a sus discípulos, es trasladada desde tiempo inmemorial mediante numerosas disciplinas, a través de ritos, cultivo corporal, artes marciales y diferentes manifestaciones artísticas como la pintura, caligrafía, poesía, música, ikebana, bonsái, ceremonia del té o el jardín japonés entre otras.

Es complicado para una cultura de diferente origen, acercarse a algo tan intangible y además antiguo, aunque quizás no tanto, ya que podemos alcanzar una gran aproximación, pensando que cualquier manifestación de culto o religión, oriental u occidental, desde sus ancestros contienen este velo intangible común.

La filosofía wabi sabi busca la belleza a través del paso del tiempo y de la imperfección de las cosas. La belleza de la imperfección, todo aquello que nos produce rechazo en su funcionalidad o diseño, pero sin saber por qué nos atrae provocando sensaciones de melancolía, bienestar, sencillez o calma. En la cultura occidental tendría una semejanza o aproximación que no igualdad, a lo rústico, también al romanticismo.

Adentrándonos en el término, como solemos hacer los occidentales, Wabi es simplicidad, ya sea elegante o rústica y Sabi, significa la belleza de la edad y el desgaste. Sin embargo, si preguntáramos a un maestro Zen japonés, huiría del propio significante en sí, ya que está muy dentro de su ser, es una forma de ver la vida.

Algunas características de la estética wabi sabi son la asimetría, la textura irregular o la carencia de acabados, es desorden o azar, que muestran sencillez o modestia y sugieren además un proceso natural, no provocado. No se puede fabricar, simplemente se crea y permanece, el juego está en encontrarlo en una taza sin asa, un vaso inclinado o arañado, una cerámica inacabada, una banqueta de madera rasgada, un antiguo molino de viento, un farol oxidado o una maceta irregular, todos ellos en definitiva, piezas únicas que bien dotándolas de utilidad o no, bien dotándolas simplemente de presencia nos producen bienestar y felicidad, disfrutemos de ellas.

Comparativamente entre culturas, wabi sabi ocupa la misma posición en la estética japonesa que en Occidente ocupan los ideales griegos de belleza y perfección.

Navegando por ahí en la nube, encontré: “…en uno de los majestuosos jardines de Kioto, un maestro de té, le pidió a su alumno que preparara la ceremonia del té. El joven recortó los setos, rastrilló la grava, recogió las hojas secas de las piedras y limpió el sendero de ramas de musgo. El jardín parecía inmaculado: ni una brizna de hierba fuera de lugar. El maestro inspeccionó el jardín en silencio. Luego, extendió la mano hacia una rama de un árbol de arce y la sacudió, mirando cómo caían las hojas caoba con gracia desordenadas en la tierra. Ahí estaba ahora, la magia de la imperfección. Ahí estaba, el orden de la naturaleza, nunca lejos de las manos de los humanos. Ahí estaba, wabi-sabi, pensó el maestro Rikyu, el padre de la ceremonia japonesa del té…”

Wabi sabi nos enseña, la belleza de la imperfección que perdura. Nada más y nada menos, intentando interiorizarlo, diríamos que es una forma de ver la vida y que socialmente produce felicidad al aceptar los fallos de otra persona, una persona es siempre inacabada y en cambio continuo, igual que un bonsái. Wabi sabi, en lugar de tomar los fallos como un proyecto para arreglar, es el tiempo y la energía emocional para disfrutar de esa persona como un ser único.

Ya dije que era complicado y que no sabía definirlo, seguro que no lo he conseguido, sin embargo es muy revelador y atractivo.

Día de la Madre

Día de la Madre

 

Disfrutad, en nuestra generación, es un bien escaso!!! Los que ya no las tenemos, las conservamos en el corazón, lugar del que nunca ya podrán salir, estarán allí para la eternidad. Suerte de tenerlas, los que aún las conserváis, porque no hay amor más grande que el de una madre hacia sus hijos, hacia sus nietos, un beso enorme a todas las presentes y a las ausentes, todas fueron grandes y aún más, siguen siéndolo, un aplauso sentido y cariñoso desde los que no lo somos, desde la admiración a todas las que también lo sois, porque es la figura más grande que ha dado la naturaleza, y por ende la sociedad humana. Enhorabuena a todas!!!

La fotografía se realizó al cielo de Madrid, fenómeno extraño posiblemente un guiño, desde el Cementerio de la Almudena, durante el entierro de mi madre. Autor, un Montalvo, no sé cuál de todos. 22/05/2015.