Sentado a la mesa.
Sentado a la mesa, limpiando cuidadosamente su ración de pescado con los cubiertos como siempre hace, meticuloso para no llevar a la boca una sola espina ni una telita de piel, a pesar de estar ya limpio por el cocinero, o sea su padre, encuentra una fibra blanquecina y nematodiforme entre la carne, que le paraliza, apartándola despavorido muy despacio con cuidado hacia el borde del plato, con cierto fastidio y la color de cara nívea, esperando alguna respuesta de defensa del supuesto gusano, espeta mirando fijamente:
- ¡Cómo se mueva… me muero!