ACUEDUCTO
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 i-phone
javiermontalvo 2013 i-phone
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 i-phone
javiermontalvo 2013 i-phone
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 canon 40 D
javiermontalvo 2013 i-phone
javiermontalvo 2012 canon 40 D
Sigüenza.
Lugar de encuentros, lugar de recuerdos.
javiermontalvo 2012 i-phone
javiermontalvo 2012 i-phone
Mirando hacia atrás descubro situaciones alegres y distendidas, momentos afables de este recién disfrutado verano que entra ya sin remedio en su caducidad, otras lamentablemente no tanto, que derivan un sabor agridulce al degustarlo en la memoria. En este corto verano, las escenas alegres y distendidas requieren un agradecimiento a las personas que las compartieron con los míos, conmigo, aunque fueran fugaces aquellas y a caso, disculpen involuntariamente las que no pudieron concebirse. El tiempo, pese a lo que dice la física, es limitado. Saludos a todos.
javiermontalvo 2012 i-phone
javiermontalvo 2012 canon 40 D
javiermontalvo 2012 canon 40 D
Hace tan solo unos días, el domingo 25 de marzo, esperé en el campo el atardecer, viendo como caía la luz del sol sobre los montes alcarreños, y a la vez, aumentaban tres luces en el cielo, la unión de Júpiter y Venus de los últimos días, se adornaba ahora con la compañía de la Luna.
La conjunción planetaria no será visible nuevamente hasta el año 2015, y este lance lo dota de mayor valor, al menos para los astrónomos, los fotógrafos y los románticos, que ven además confluir la luz creciente de nuestro querido satélite.
En la lejanía, la luz de Júpiter que nos observa desde allí, parece el ojo de la cerradura que nos espía disimuladamente, a su izquierda en su escena, la luna que se engalana con su zona nocturna iluminada por la luz solar para salir bien en la foto, y arriba con su potente luz, domina Venus, más cerca de nosotros y del Sol.
jesúsmerida
Miro la fotografía que me ha hecho Jesús, domingo.
Mezclas, dos o tres páginas que disfrutas sin paradas, con mirada vaga al exterior que pierdes en la rama del jardín, mente en blanco y sin querer, te distrae el movimiento del pájaro que vuela y se posa en su larguero, donde frota su pico, y cuelga su silueta, un carbonero piensas espontáneamente o quizás un herrerillo, y descubres poco a poco sus colores, sin definirlo tus pensamientos vuelven a marcharse a otra tarde de domingo, el carbonero en la rama de un árbol del parque, desierto, vacío, diferente a aquellas tardes de verano donde los chavales corren, gritan y el bullicio se reparte, esta tarde la alameda está vacía, callada, fría.
Al fondo, rueda una pelota de aquellas de cuero cosido, unos críos cruzan entre los setos y la sotana de un cura sale de una puerta, dos mujeres de negro cogidas del brazo suben las escaleras, un hombre con garrota y su perro al otro lado, y sin darte cuenta el cura ya no está, y se escucha a los niños al fondo, pero no los ves, hace frío y recuerdas aquellas tardes, con bufanda y guantes de lana, las tardes de futbolín en los billares y después en un banco, abrigado con olor a tabaco adolescente, cuando aguantabas el frío hasta la hora de vuelta con el afán de acompañar a esa amiga a su portal, o alargabas la tarde hablando entre amigos, cómplices de fábulas o sueños, la luz de la farola débil sustituye poco a poco la del sol, que se va perdiendo con un color cálido, pero vuelves a perder el horizonte y rehúyes del recuerdo, para bajar tus ojos al libro. Abandonas el seto, los niños, el perro y los sueños, y lees, sin moverte, sin despistes, hasta donde te lleve la inercia.
Descansando los ojos los retiras del papel, hojeas el libro con los dedos, y vuelves a producir recuerdos, escenas pasadas que te satisfacen, sabores, colores, ambientes, no lo fuerzas, tu distracción crece involuntariamente, y vuelves al libro, te complaces mezclando el tiempo antiguo y el de hoy.
Tu lectura confortable en sintonía con el ambiente, luz y temperatura, calma anidada únicamente en la música de fondo a volumen suave y en aquel viejo sillón bajo la ventana, hace que las tardes de domingo tengan un olor especial, diferente al resto.
Miro la foto y descubro un perfil, vuelvo a distraerme y veo en ella la lectura de mi padre, lo recuerdo así, abrigado, con un libro entre sus manos con las piernas cruzadas, largas horas mezclando sueños, lecturas y tiempos de ayer y de hoy, muchas tardes tranquilas de sofá. Me complace con cariño descubrirlo en mi imagen.
Las tardes de domingo transmiten grandes dosis de recuerdos gracias a la tranquilidad que producen.
Jesús creó la imagen, la luz. Yo me limito a recordar, y a leer.
Si quieres ver la foto en detalle y otras de Jesús entra en el siguiente enlace: http://jesusmerida.blogspot.com/2012/02/el-escritor.html
Nunca hubiera pensado realizar una exposición abierta al público y abierta a la crítica, ya que mis trabajos habían quedado siempre limitados a mi entorno más reducido y sinceramente sin ninguna pretensión más.
Como ya he contado alguna vez cayó entre mis manos una Winar, herencia de mi abuelo, una máquina que me doblaría en edad que despertó en mí lo más importante, la ilusión por la fotografía. Mis primera fotografías en blanco y negro fueron paridas por ella.
Desde entonces han pasado por mis manos varias, que no sé ahora, volviendo la vista atrás, si consiguieron despertar en mi un halo de calidad, la verdad es que no me preocupa en lo más mínimo, sin embargo lo que puedo asegurar es que me dieron independencia, contribuyeron a mi personalidad y un ligero rasgo de lo que soy, viene definido por la búsqueda de la imagen, del color, de la composición y de la presentación, aunque fuera tímidamente. Un trocito de mi persona se labró gracias a la fotografía.
Personalmente no sé si mis fotos son buenas o malas, e incluso podría pedir disculpas por mi atrevimiento, pero lo que puedo asegurar es que la ilusión se valora gracias a la calidad humana, propios y extraños agradecieron y apreciaron el trabajo de un aficionado. Desde estas líneas debo agradecer a todos los que pasaron por la sala para ver las imágenes y opinar a favor y en contra. Gracias a todos.
Bien es verdad, que trabajar al lado de un amigo se hace todo más sencillo y sobretodo, si éste amigo se vuelca en la enseñanza y en la profesionalidad de la manera más sencilla. Gracias también a ti.