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¡sigue la cuerda! .....

Abriendo la ruta

Nos miramos, no había retorno y el dolor de los labios se amortiguaba con el gozo de alcanzar la cumbre. Íbamos marcando el sendero en el GPS, el hielo crujía a nuestro paso y la mirada se nublaba gélida.

Sobre la nieve glaciar, más dura, azul, bella y fría, César avanzaba a unos metros delante tirando con arresto de mí, que agonizaba mi alferecía perdiendo la realidad. Coronamos junto al ocaso. Mientras Europa y el contorno del Mediterráneo recuperaban mi aliento, remití un abrazo y nuestra ruta llorando por un regreso imposible desde la cima del Hecates Tholus.

Presentado al II Premio de Microrrelatos científicos de la Fundación AQUAE (16/12/2015).

1 comentario

Luis -

Aunque tarde, acabo de ver esta porción de la imaginación recobrada en el planeta de hierro.
Me trae a la memoria el Sistema Solar y la perspicacia futura de la humanidad...