Los Secretos – Octubre 2008

Plaza de toros de Las Ventas y Los Secretos en cartel.

 

Alguien me dijo qué tal el concierto y contesté sencillamente emocionante.

 

Mientras cantamos y hacemos voces con Álvaro en el escenario, viendo fotos en la pantallas de todas las épocas del grupo, recuerdo mis primeros discos de vinilo. Con catorce años una mañana de sábado, salí de casa dispuesto a comprar discos, autobús y a Argüelles. Recuerdo que compré dos discos o quizá tres, eran mis primeros vinilos, pagados y elegidos por mi, era un signo de independencia, o tal vez de madurez, era un hecho que había esperado impaciente durante hacía ya algún tiempo. Bien, después de un largo rato saboreando el momento, descubriendo uno a uno de entre cien o doscientos discos entre los dedos, eligiendo, dudando, tomándome mi tiempo, pasando los discos, viendo portadas en aquellos cajones de madera, esperando hacer una buena elección, recuerdo que uno de los elegidos fue el disco negro de Secretos, su primer LP y el mío.

 

Llevar a casa aquellos discos sin saber en aquel momento por qué, te llenaba de satisfacción.

 

También recuerdo muchos años después, cuando yo frecuentaba un desconocido bar de Madrid, tranquilo y de muy buena música, una noche de verano, entre semana, de madrugada, nos encontrábamos tan solo tres clientes, mi compañía, un servidor y un solitario personaje, que con cara entre triste y pensativa bebía y fumaba sentado en la barra. Desde mi posición en una mesa en penumbra, le miré con admiración sin atreverme a molestarle, respetando su soledad del momento y al mismo tiempo deseando entablar conversación, romper su silencio, aprovechar el momento, ganar un poco su amistad.

 

Dos o tres años después recordaba estos dos momentos cuando anunciaron en la radio la pérdida de Enrique. No lo había vuelto a pensar hasta el otro día cuando escuchaba el directo de Álvaro, y volví a emocionarme.

 

La música de Los Secretos siempre me ha traído recuerdos, estos dos tan solo son una muestra.