ALTORREY 1.850 m. Tierras altas de Atienza
Eclipse de luna, me encuentro escribiendo estas líneas tras el castillo, la una de la madrugada, y en fiestas de Sigüenza, lugar, hora y fecha que podría madurar miles de anécdotas contigo y empiezo por aquel eclipse que marcó nuestras andanzas. No pasaba de los quince ninguno de los que dormimos aquella noche en el sótano de los Bastos.
Recorro la calle de los Herreros y llego a la Marina, podríamos pensar mil tardes de invierno y bufanda, y otras tantas de verano y guitarra junto a ti. Recorro la Travesaña y encuentro la Calle Comedias, subida a la verbena y a la juerga de fiesta, porque ahí estaba la música y ahí estabas tú, incansable, con profesión y con encanto.
Me encuentro mi querido amigo, en una jornada que preparabas con entusiasmo, que siempre te dije que me gustaría compartir pero nunca tuve la oportunidad. Hoy he podido con demasiado retraso. Mi querido amigo, no compartí esta jornada, pero puedo asegurarte que hubo gente en tu presencia y en tu ausencia, que manifiestamente lo llevó a gala.
Recuerdo y pido disculpas a los presentes, como entre algún amigo más de los que hoy nos acompaña, rodábamos la bicicleta por el Río Dulce cuando no contábamos los catorce o quince, y disfrutábamos del día, de la compañía y de la amistad. Años mas tarde compartimos mil historias contigo, porque todos y cada uno de los que hoy estamos aquí, podría escribir estas líneas volcando innumerables anécdotas contigo. Como siempre te dije eres la persona con más capacidad de amistad que nunca conocí.
Hoy me encuentro aquí con todos tus amigos, con todos los que quieren recordarte, porque cada uno lo hace sinceramente. Hoy un día más de tantos que te recordamos, estamos aquí para decirte que eres nuestro amigo, y que todos como dice mi hijo pequeño y me gusta recordarlo, te llevaremos siempre en nuestro corazón
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Javier Montalvo -
BELÉN -