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¡sigue la cuerda! .....

MALAGASY GOSPEL

 

Las voces del corazón y del espíritu, niños y niñas de Madagascar cantan por los derechos de la infancia. Es un coro musical compuesto en su mayoría procedentes de zonas empobrecidas de Madagascar y de la explotación laboral infantil en la extracción de sal.

Afortunadamente todos sus componentes están ahora escolarizadas y han salido de esa denigrante situación que les permitía obtener unos céntimos al día, por interminables horas de muy duro trabajo. En el recital que hemos asistido, nos cuentan que en su gira actual por Francia, Suiza, Andorra y ahora en Madrid, han podido sentir el contraste con sus vidas en su propio entorno, donde viven familias de ocho o diez integrantes en cuatro metros cuadrados, sin muebles, sin camas, sin ningún tipo de acondicionamiento, sin agua potable.

Hay muchas situaciones que les desconciertan, que incluso podrían hacernos cierta gracia, empezando por el avión, las escaleras mecánicas o el metro, pero me quedo con otras que me causan alarma y admiración: se levantan a las cuatro de la mañana para poder recoger en el único punto del pueblo, a veces a bastante distancia, los 10 litros de agua que tienen como dotación familiar, acostumbrados a esta tarea habitual exactamente igual que nosotros salimos a la calle a comprar el pan. Les produce enorme sorpresa que en Europa comamos tres veces al día, mientras que ellos lo hacen una cuando van a la escuela, consumiendo su único menú invariable, maíz,  en contraste con la variedad que encuentran aquí. Un plato de arroz con pollo y un yogur de postre es para ellos un manjar que no cambiarían por nada del mundo en este viaje antes de volver y prefieren repetirlo que variar con otros alimentos desconocidos y extraños para ellos.

La organización Agua de Coco ha contribuido a cambiar su situación, tienen más de ochocientos alumnos que estudian en Centro de Arte y Música, desde el 2.011. El objetivo es que los niños de los barrios más desfavorecidos se relacionen, aprendan a trabajar en equipo y se integren en una comunidad aprendiendo música, danza y canto. Con su trabajo dentro de unos años estos niños formarán una sociedad diferente que la de sus padres y abuelos.

Tras esta exposición, qué puedo decir del recital de música, mezclando Gospel, Música y Danzas originaria de las diferentes etnias con Villancicos occidentales entre otras presentaciones, que dejaron al auditorio maravillado, con una puesta en escena sencilla pero llena de música y arte de muy alto valor. Pertenecen al grupo dos invidentes, uno de ellos con una extraña enfermedad muy similar al autismo, sin habla para comunicarse y sordo de un oído, que nos sorprendieron con ritmos y voces fuera de lo que tenemos acostumbrado en nuestro mundo, de forma magistral e imitando cantos con exactitud prodigiosa.

En esta ocasión puedo decir, sentado en el teatro con asombro, que  sobresalía en el ambiente de forma clara, una emoción contenida entre todos, que se aguantaba con los ojos vidriosos y tragando saliva. 


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