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¡sigue la cuerda! .....

DIRECTO NACHA POP 80/07 – MADRID - OCTUBRE 2007

DIRECTO NACHA POP 80/07 – MADRID - OCTUBRE 2007

 

Un momento en una agenda una décima de segundo más, sigue va saltando de hoja en hoja, mil millones de instantes de que hablar… y es que no hay nada mejor que escuchar y oír a la vez, es que no hay nada mejor que revolver el tiempo con el café, nada mejor que componer,  recordar, que imaginar, que revolver, que componer sin guitarra ni papel, ahora tú no dejes de hablar, nada mejor que recordar el sabor del primer beso, el sabor a tabaco rubio y a humo en la ropa, el sonido del primer verso, el olor de la piel, el calor de la juventud, el olor a garaje y música, a sótano, a ritmo,  a alcohol, a copas, el sabor a compañía, el sonido de la tarde y el color de la noche; Antonio y Nacho veinte años después despiertan sentimientos así, sensaciones antiguas casi olvidadas, evocan como pude agarrarme a ti, recuerdan alborotos, despiertan el pasado, evocan sombras de chica de ayer… escuchando ahora sus acordes, tragando verdaderamente un nudo de saliva en la garganta, con el tiempo tragado da miedo mirar al futuro.

 

El tiempo ha pasado y parece que vayan a marcharse para siempre, posiblemente lo hayan hecho ya sin preguntarnos, al menos se respira en el ambiente, se mira con expectación, se observa con admiración y con miedo a una historia y a una cara demacrada, parece casi inerte, y sin embargo escucho, escucho, porque su música suena como sonaba entonces, nada inerte plena de vida, su guitarra casi mejor, su voz no tanto aunque inconfundible, familiar. Antonio, esta vez has dado en el blanco, cómo estás, cómo has venido, es magia con precisión y la juerga llega ahora a su fin, solo el calor de una canción puede ahora recordarme algo mejor.

 

No sé si habrá que esperar otros veinte años para volver a ver y oír a Antonio y a Nacho, nostalgia del pasado y miedo al futuro, vuelve a dejar sabor, esta vez a lucha de gigantes, pero con tal de regresar,  si todo sigue así, nadie puede pararte, nadie te parará y mientras tanto, nosotros esperaremos sentados al borde de ti.

 

Y al final tres millares de aplausos o alguno más, no lo sé y cada uno su razón.

 

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