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¡sigue la cuerda! .....

LA SOLICITUD

" Disfruta unos minutos cada día deteniendo el tiempo, no permitas que nadie te lo quite". Esto es lo que rezaba el cartoncito de la entrada sobre el mostrador. Buen consejo pensé, parece que lo hubiera escrito yo mismo, cuando apareció una asistente que pronunció mi número y mi nombre, puede Vd. pasar, es el siguiente, le están esperando.

Eran tres, y salvo el más gordo, no tenían cara de muy buenos amigos, agria diría yo, por lo que mi solicitud iba a ser aún más difícil de tratar, pero eso me motivaba, mientras me acercaba a ellos, atravesando esa sala brillante y diáfana, que expresaba un aspecto hospitalario que te forzaba a andar precavido frente a un resbalón y acabar con tus huesos en el mármol, pero ligero para no hacer esperar, no podía recordar mis argumentos. Estaba diseñado a propósito para ser derrotado en menos que canta un gallo, qué forma más sutil de atacarte, sin mover un dedo, sin saludar si quiera, casi sin hablar y volver por donde has venido.

Mientras intentaba averiguar dónde me podía sentar para estar a su misma altura …qué se le ofrece, interpeló el de mayor edad, justo un segundo antes de que llegara hasta su posición, y sin resolver, porque no había donde salvo que uno se levantara y me ofreciera su silla, contesté: he solicitado la…ya veo dice el gordo interrumpiendo, no ha lugar. Ni tiempo, contestó el que todavía no había intervenido. Ni recursos concluyó el viejo, queda totalmente rechazada. Puede Vd. seguir en su puesto sin problemas hasta nueva orden. Debe haber algún error, contesté y de corrido reclamé, yo he venido a detener su tiempo y no intenten interponer recurso, queda inutilizable “hasta nueva orden” desde este mismo instante.

Mi segunda solicitud, continué ya más tranquilo, que les llegó consecutiva a la anterior y que aplico, eran mis vacaciones, que me tomo en este mismo momento también hasta nueva orden, agradeciendo su insalvable admisión, al no existir objeción alguna.

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